Sólo se realizará la microinyección de espermátides o células espermáticas inmaduras (ROSI o ELSI), en el ovocito, cuando no exista la posibilidad de obtención de espermatozoides ni en el eyaculado ni en la biopsia testicular. En este último caso, se tratarán de cultivar in vitro y en un medio adecuado, las biopsias testiculares con el fin de poder obtener espermatozoides o formas espermáticas lo más evolucionadas posibles.
Todos estos detalles se realizarán con el conocimiento y consentimiento preciso de la pareja, existiendo hojas de información de cada una de las técnicas a aplicar así como hojas de aceptación o consentimiento de la pareja que lo solicita.
Las pruebas realizadas indican que la azoospermia secretora está causada por la ausencia de producción de espermatozoides en el testículo. Sin embargo, el esperma contiene células germinales inmaduras vivas y sin anomalías aparentes. Estas observaciones hacen pensar que podría ser posible obtener el desarrollo de estas células hasta el estado de espermátides mediante cultivo celular. Las espermátides originadas en este cultivo podrían ser inyectadas directamente en el ovocito con el fin de fecundarlo.
Para facilitar la maduración de las células germinales durante el cultivo in vitro, se hace indispensable la presencia de otros tipos de células testiculares, ausentes en el eyaculado y presentes en el tejido testicular. Por ello, es necesaria la obtención de una biopsia testicular para el éxito de esta técnica.
La técnica propuesta ha permitido el nacimiento de algunos niños genéticamente normales. Los análisis y tratamientos que se les aplicaran a las pacientes serán los mismos que los necesarios para una ICSI con espermatozoides en el eyaculado.
Debido a que el número de niños nacidos tras la inyección de espermátides y de espermátides maduradas in vitro en particular, es muy pequeño aún, les aconsejamos que una vez establecido el embarazo se sometan a un diagnóstico prenatal. Sería necesario realizar una amniocentesis para analizar los cromosomas y un estudio ecográfico para analizar la morfología fetal.
Cultivo in vitro de la biopsia testicular
Tras la obtención del tejido testicular mediante biopsia y ruptura física de los túbulos seminíferos, se realiza la maduración meiótica de las células germinales masculinas humanas mediante el cultivo in vitro con FSH recombinante y testosterona, durante 24 o 48 horas a 30ºC y 5% de CO2.
La parada meiótica (principalmente en la fase de espermatocito primario) es el tipo más común de bloqueo de la maduración espermática, en hombres con azoospermia no obstructiva. Es evidente que la posibilidad, recientemente demostrada, para superar la parada meiótica in vivo mediante la maduración in vitro abre una nueva perspectiva en este aspecto, Un tratamiento alternativo basado en la reducción meiótica del espermatocito primario tras su microinyección en el ovocito (comprobado en el ratón) puede estar unido a un alto riesgo de anomalías cromosómicas debido a la segregación prematura de la cromátida hermana.
En casos de parada madurativa postmeiótica (fracaso de la espermiogénesis), el cultivo in vitro puede ser beneficioso ya que se originan espermátides alargadas desprovistas del daño apoptótico del DNA, al compararse con la población de espermátides redondas antes del cultivo in vitro. Esto es importante ya que la apoptosis de las células germinales puede ser el principal obstáculo para el éxito de la reproducción asistida mediante el uso de espermátides en casos de bloqueo completo de la espermiogénesis. De hecho, la aplicación del cultivo in vitro dio lugar al nacimiento de los primeros bebés sanos, en casos de fracaso completo de la espermiogénesis.
Con esta nueva técnica se consigue un hecho muy importante desde el punto de vista clínico.
• Conseguir que una pareja no tenga que recurrir al banco de semen para poder procrear.
• Conservar la información genética del paciente lo que permitiría mantener las características genotípicas en el futuro embrión.