Normalmente, la fecundación de un ovocito, liberado por el ovario, se fecunda por un espermatozoide en las trompas de Fallopio. Sin embargo, en el proceso de FIV, esta unión del ovocito y espermatozoide, se realiza en el laboratorio, fuera del cuerpo de la mujer. Los embriones obtenidos, se transfieren al útero de la mujer para continuar su desarrollo embrionario.
FECUNDACIÓN IN VITRO CLASICA (FIVc)
La fecundación in Vitro clásica (FIVc) es probablemente la técnica más sencilla en reproducción asistida. El primer embarazo se consiguió en 1976 y el primer nacimiento en 1978.
Indicaciones
• Obstrucción o ausencia de las trompas de Fallopio.
• Endometriosis.
• Problemas a nivel del cuello uterino.
• Fallo de la inseminación artificial.
• Esterilidad de origen desconocido.
Procedimiento
En la fecundación in vitro clásica (FIVc), se obtienen los gametos masculino (normalmente mediante masturbación ) y lo gametos femeninos (mediante estimulación ovárica).
Los ovocitos se recuperan de los líquidos foliculares y se introducirán en un medio de cultivo adecuado a 37ºC y bajo atmósfera de CO2. A continuación, se solicitará la muestra de semen al paciente que será preparada en el laboratorio para, posteriormente, inseminar a los ovocitos. La inseminación se realiza poniendo en contacto los espermatozoides capacitados con los ovocitos.
La fecundación se observará 24 horas después de la punción folicular, informándose en ese momento a los pacientes del número de ovocitos fecundados (cigotos) obtenidos y su calidad. Éste será un dato solamente orientativo, del número de preembriones disponibles para la transferencia, ya que es posible que no todos los cigotos lleguen hasta el estadío de preembrión normal.
Por tanto, una vez transcurridas 48 o 72 horas desde la punción folicular, de uno a tres preembriones resultantes (y los de mejor calidad), serán transferidos al útero de la paciente. Está demostrado que este número de preembriones proporciona las mayores posibilidades de embarazo, con el menor riesgo de gestación múltiple. De cualquier forma, el número de embriones a transferir se concertará con la pareja dependiendo de sus deseos y posibilidades.
El proceso de transferencia dura solo unos minutos y se realiza mediante control ecográfico, utilizando un fino catéter para transferir los embriones al útero, a través del cuello uterino. A continuación la paciente descansará un par de horas y podrá volver a casa. El procedimiento es, al igual que la inseminación artificial, sencillo y totalmente indoloro.
Una vez en su domicilio la paciente observará un reposo y una abstinencia sexual de 7 días (aconsejable). Seguirá el tratamiento puesto por su médico que normalmente estará basado en progesterona para mejorar la secreción hormonal durante la fase lútea y facilitar las posibilidades de implantación y posterior embarazo.
Hacia los 14 días desde la transferencia se llevará a cabo una prueba de embarazo en sangre (medida de Beta-hCG). El resultado se comunicará a la clínica. Si el resultado es positivo se le realizará una ecografía a las 2 o 4 semanas siguientes. Una vez que se confirme la presencia de un saco embrionario con actividad cardíaca, el doctor le informará sobre los pasos a seguir durante el embarazo.
Los preembriones que no son transferidos serán crioconservados (congelados) con el fin de poder aumentar las posibilidades de la pareja de volver a ser padres (si la primera transferencia de embriones ha resultado positiva) o de un nuevo intento (si el primer intento ha resultado en fracaso). De cualquier forma, los embriones congelados pertenecerán a la pareja durante un período de 5 años y que al término de los mismos, y si la pareja no expresa su interés por ellos, pasarán a ser propiedad de la clínica de reproducción asistida, para así poder incorporarse dichos embriones en el protocolo de donación de embriones. Dicho protocolo es beneficioso para parejas que tras varios intentos de reproducción asistida, no han logrado resultados positivos debido a la mala calidad de los gametos femenino y masculino que hacen que los embriones resultantes no sean evolutivos.
Por otra parte, debido a la medicación utilizada para la estimulación ovárica, cabe la posibilidad de obtener un amplio número de ovocitos. Cuando el número de ovocitos conseguidos es muy alto, una parte de ellos pueden ser donados a mujeres sin posibilidad de producir sus propios óvulos, siempre asegurando para la donante un número suficiente de preembriones que permita tanto la transferencia como la congelación de sus propios embriones y con el consentimiento expreso de la donante. La donación, será anónima y gratuita. Con la donación, no sólo se benefician las receptoras, sino también los donantes, dado que el hecho de exponer sus ovocitos a espermatozoides de distinta procedencia, aportará una valiosa información.
Si fracasa la fecundación con semen de su pareja, pero no con otro, sabremos que el problema reside en los espermatozoides. Si no hay fecundación en ambos casos, deduciremos que el problema es de los ovocitos. Si, como es lo habitual, hay una buena fecundación con diferentes muestras de semen, también obtendremos datos sobre la calidad de los embriones, la receptividad uterina, etc.
Todos estos detalles se realizarán con el conocimiento y consentimiento preciso de la pareja, existiendo hojas de información de cada una de las técnicas a aplicar así como hojas de aceptación o consentimiento de la pareja que lo solicita.